Liderazgo a la espera de qué iniciativas pública-privadas se hagan más ágiles y accesibles. Las iniciativas privadas se centran en la eficiencia, la competitividad y la innovación, mientras que las iniciativas públicas están orientadas a mejorar la infraestructura, la educación y la inclusión digital. La colaboración entre ambos sectores es crucial para lograr una digitalización efectiva y sostenible, pero, desde mi punto de vista, se tienen que solucionar ciertos aspectos, como la diferencia de objetivos e intereses, que pueden hacer que las decisiones de cada una de las partes no sea la misma. Además, los plazos y burocracia, pueden ralentizar los proyectos, haciendo que su gestión y planificación se vean perjudicados, además de los costes, puesto que en la mayoría de los casos los proyectos públicos tienen presupuestos fijos o bien con poca posibilidad de aumentarlo para cubrir imprevistos, sujetos además a un marco contractual estricto desde la base. La inestabilidad política, cambios de opinión o tendencias, también suponen otros riesgos financieros a tener en cuenta. La gobernanza del proyecto también resulta más complejo, puesto que son estructuras y formas de gestión diferentes.